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Ibiza 2004

 

 

Barcos   Tripulación   Landscape   Pecorilla VIII

 

 

18 de junio,  Puerto deportivo de Valencia

Tras la llegada embarcamos en el Pecorilla VIII catamarán tipo Bahia 46 del astillero Fountaine Pallot. Jose y Mariano nos esperaban ya dando vuelta por el puerto. y nos cuentan que el equipo italiano de Copa América tiene una sede fija en el Puerto. Al pasar junto a las instalaciones de Prada podemos ver que han formado un recinto cerrado para crear un lugar con la mínima seguridad de .....

En lugar de continuar con este relato transcribo el de mi compañero y Capitán Mariano Barbas tal y como consta en su página www.barbasbernardos.com ... espero que me perdone por usar sus palabras.

Tripulación :  Jose Antonio Parga, Jose Antonio de la Maza, Jose Antonio R. Lancharro, Pilar Cascón, Asun Mirones, Cecilia Bernardos y Mariano Barbas.

Para simplificar un poco la narración y no hacer diferencias, a los tres primeros les llamaremos por el apellido....

Todo comienza en una soleada mañana de viernes 18 de junio de 2004, cuando siguiendo la tradición, el Sr. De la Maza se persona en taxi a las puertas de SUQUINSA con hora del reloj de bitácora 11:30 UTM (osea la una y media para que nos entendamos). De forma inmediata se procede a la estiba en el BMW de las 14 bolsas que el nuevo tripulante, negándose a identificar su contenido, aporta a la navegación y salimos caminito de Valencia sin más dilación.

Tras una parada en el Hotel Marino  para tranquilizar nuestros estómagos (sigo pensando que los zarajos de este sitio están muy bien y NO llevan maíz), seguimos rumbo E hasta el CN de Valencia, donde arribamos a las 17:30.  Allí el caos... el barco a medio limpiar, dos ingenieros cambiando el piloto automático del barco,..., nos piden que nos demos una vuelta y volvamos más tarde, que no pasa nada y que eso lo arreglan en un momento. ¡Ojos que no ven... bofetón seguro!. Tuvimos la suerte de ver sacar del agua los dos prototipos del “Lunna Rossa” del equipo italiano Prada, con los que competirán en la Copa América de 2007. También estaban desembalando el casco de un sindicato francés del que desconozco el nombre. ¡Espectacular!.

A eso de las 18:15 y coincidiendo con la llegada de Lancharro y Asun, procedemos a tomar posesión de nuestro Bahía 46 rebautizado PECORILLA VIII (el mismo alquilado el año anterior con el nombre de Miss Marion). La descarga de los coches y su traslado al barco, junto con el inventario del mismo, a una temperatura exterior de 30 grados e interior de 35, nos dejó bastante extenuados.  Tras la correspondiente estiba de todas las viandas y bebidas, a las 21:00 aprox. , aparecen los Parga (prometían haber salido a las 16:00 de Madrid) y de forma inmediata zarpamos rumbo 110º directos a Ibiza.

Nada más abandonar la bocana del puerto, el mar se presenta violento (viento SUR de 14 nudos), por lo que la tradicional cena de partida se queda en unos bocatas y poco más. No estaba la situación para alardes culinarios. La abundancia de viento, les permite a los más jóvenes empezar a jugar con las velas, mientras por popa (detrás) una impresionante tormenta (galerna le llamarían en Bilbao) hacía presagiar lo peor. Si bien el agua y los rayos no llegaron a alcanzarnos, las rachas de viento llegaron a los 30 nudos, traducidos en velocidades del cata de 9 – 10 nudos.  Tan solo la prudencia evitó que llegáramos a Ibiza antes de las 06:00. El sentido común se impuso y , no sin cierta dificultad, y a base de proferir expresiones que este foro no permite reproducir, se arrió la mayor, avanzando con el foque a más de 6 nudos. Con el mar embravecido y la poca cena de la noche anterior, el patrón del buque sufrió un mareo que le llevó a realizar parte de la travesía asomado a la banda de babor (sotavento) y en algunas ocasiones bajo la acción migitoria del ingeniero jefe.... bueno, no vamos a entrar en más detalles. Tan solo decir que una ola solitaria, barrió de proa a popa el catamarán, limpiando gran parte del desaguisado, patrón incluido. – La naturaleza es sabia y sabe cuando actuar.-

  10:00 horas del sábado 19 de junio de 2004. Llegamos a San Antonio y entramos a descansar en Cala Salada. El día pinta bonito, la cala pinta bonita, el molinete no pinta... NADA. Ante el estupor general, la principal pieza del barco en una cala no funcionaba. Las escenas de pánico se sucedían en la cubierta (en la descubierta también). Lancharro con el tester en la mano diciendo que luz si había. Parga con una barra metálica a modo de engrasador, tratando de hacer avanzar la mortal máquina y De la Maza, reservando sus últimas fuerzas para lo que parecía inevitable.... el ancla de respeto. Tras llamadas telefónicas a Pablo, Alvaro, Eva,.... y la madre que los parió a todos ellos, quedamos en pasar por Ibiza a última hora para contactar con un tal Suso que vería de arreglar la avería.

Mosqueo general  entre la plantilla y por fin se deciden a tirar el ancla, sabiamente amarrada a una escota, para su posterior izado con winche. Hay veces que uno se queda perplejo de la capacidad del ingenio humano para evitar trabajar más de la cuenta....  También destacar en esos momentos la calidad del patrón de la embarcación que supo en todo momento motivar a sus tripulantes y evitar que cayesen en el desánimo.

  A las 15:00 horas decidimos zarpar rumbo a la gasolinera de San Antonio, donde entre efluvios de hidrocarburos, pescados descompuestos, etc..., improvisamos una extraordinaria comida amenizada por un trío de jóvenes bailarinas que danzaban al son de zapatillas marcado por un muchacho con pinta de manager del grupo. ¡Bien!. A mitad de comida llegaron Pilar y Ceci, pletóricas de fuerzas (parece ser que los aviones de Air Europa no necesitan molinete ni fondeo para aterrizar) y con poco hambre, por haber sido agasajadas en la aeronave con suculentos manjares. 17:00 repostamos gasoil (90 litros para 15 horas de navegación <> 3 litros por motor y hora a 2500 rpm.) y salimos a toda leche hacia Ibiza. Donde, tras atravesar los freus, llegamos a las 20:45 hora local. Atracamos en la gasolinera de Ibiza la Nueva (no había más sitio en el puerto) y para nuestra sorpresa, el tal Suso estaba esperándonos para ver la avería. Arreglarla no la arregló, pero nos explicó como puentear los relex que estaban estropeados, entre expresiones del tipo : “... son solo 12 voltios...” , “... las chispas no queman la ropa ni prenden nada...” , “... alguna vez habréis hecho un puente...”. Lo peor de todo, son mis sospechas de que “alguien” conocía la existencia de la avería anteriormente y se nos permitió zarpar sin comunicárnolo.

  A las 22:30, cena en “Can Alfredo” (c/ Paseo Bara del Rey, nº 16) y posterior paseo por el puerto donde vimos las grandes bestias de muchos millones. Entre ellos el NUFER de Fernando Fernández Tapias, con su armador en la cubierta de popa y con cara de disfrutar poco de la vida. ¿qué pena, no?. Eso confirma que no por tener muchos metros de barco eres más feliz... Al lado un precioso velero “Aphrodita” de Luxemburgo que al dia siguiente tendríamos de vecino en la cala del Espalmador (con gran enfado de De la Maza que descubrió que iba vestido exactamente igual que la marinería de dicho velero). Regresamos a “El Divino” en el barco interior y a las 02:00 a dormir que son dos días.

  Domingo 20 de junio de 2004, desayunamos en la gasolinera, nos duchamos (me roban el frasco de enjuague bucal) y pasamos un rato de charla con la Guardia Civil  que nos pide la documentación y levanta un atestado contra la compañía de alquiler por falta de documentación en el barco. Sería bueno que tratasen de hacer este mundo del charter náutico más serio y responsable con su actividad, e iniciaren el apasionante mundo de la reclamación administrativa a los clientes del mundo del chárter.  . 09:30 salimos a motor, dirección la isla del Espalmador, donde llegamos a las 11:00.  Nada más fondear entre los cerca de 100 barcos que habían llegado antes que nosotros, se nos acercó una zodiac a ofrecernos pan, periódicos (2,5 euros/unidad) y a tomar nota de si precisábamos algo para traernos por la tarde... ¡Hay gente para todo y el negocio, con estos precios, parece muy rentable!. La mayor parte de la tripulación desembarca en la auxiliar para ver la playa de los lodos y a la gente en pelotas (con perdón), disfrutando más de lo primero que de lo segundo, que , todo hay que decirlo, era escaso.  A las 14:00 regreso al cata y opípara comida a bordo, mientras disfrutábamos de los cotilleos de los vecinos de fondeo. Tras la comida, relax general interrumpido súbitamente por la genial idea de los De la Maza y Lancharro : ¡subirse al palo para hacer fotos desde arriba!.

¿Cómo?. Muy sencillo, se ata uno un cabo del que desconoce el estado o punto de rotura y en cuyo extremo hay atado un mosquetón por un nudo realizado, posiblemente, por un alemán con 12 litros de sangría en las tripas.

Solo llevaban unas 400 fotos entre los dos y necesitaban nuevos planos y enfoques que les permitiese nuevas perspectivas del evento. Dicho y echo, De la Maza se pone el arnés y le subimos para arriba. No pasa de la segunda cruceta, empiezan los mareos, estertores y tras apretar el disparador en no más de 50 ocasiones, ruega (implora), en un sospechoso y nada saludable color morado, que le bajemos, con la amenaza de sembrar de maíz toda la cubierta.... Toma el relevo Lancharro que por haberse fijado muy bien en la actuación de su compañero, y tomar nota de que el arnés no debe de presionar ni el cuello ni otras partes cuyo nombramiento impediría que esto fuese leído por niños, logra llegar a la segunda cruceta donde se instala cómodamente y fotografía hasta los rulos de una tripulante al fondo de la bahía...

  A las 17:00 partimos rumbo Cala PortRoig donde pensamos pasar la noche. La navegación es uno de las mejores que recuerdo por esta agua, con viento suficiente para alcanzar los 5-6 nudos de velocidad de crucero, pero sin ningún tipo de estridencias. ¡Hasta Pili y Ceci estaban cómodas!. Llegamos a la cala elegida y fondeamos sin grandes problemas. La quietud del agua nos permitió cenar cómodamente(y porqué no decirlo copiosamente) e irnos a dormir sin preparar ningún tipo de guardia... ¡el exceso de confianza, nos dará un disgusto cualquier día!. Gracias a Dios, nos levantamos al día siguiente en el mismo punto en que nos acostamos.

Lunes 21 de junio de 2004. Precioso día para disfrutar del mar. Decidimos subir costeando para ver de cerca el islote Vedrá, la Isla del Esparto, las Bledas,...., tras el intento de entrar en alguna de las calas más famosas y dar marcha atrás por falta de sitio o limpieza del lugar, fondeamos en el resguardo de una pequeña ensenada que resulto de lo más plácido. La única mácula era el gran número de “clavelitos” que hacía difícil el baño sin sobresaltos. Almorzamos de maravilla y continuamos navegación hacia la gasolinera de San Antonio, donde dejaríamos de nuevo a nuestras máquinas de discutir. El atraque no fue todo lo fácil que esperábamos y tras varios intentos y pequeño roce, logramos depositar a las pasajeras (ya habían perdido el estatus de tripulación) en tierra.

Antes de partir, decidimos acercarnos al club náutico sito en el mismo puerto, para reponer las existencias de agua potable, agotadas el día anterior y por el penoso comportamiento del personal de Catamaranes Chárter  que “... como el indicador estaba a tope, creíamos que estaban llenos los depósitos...” (Pablo dixit). Tras la maniobra de aproximación a una cabeza de pantalán y con la apropiada bronca por parte de uno de los marineros por no haber contactado previamente con ellos, repostamos 4 euros de agua (fue lo que cobraron en las oficinas del club) y seguimos navegación en busca de una cala donde disfrutar de las últimas horas de mar y poesía... ¡qué bonito!.

Tras evitar las calas más pobladas (Cala Baasas), encontramos un precioso recoveco que nos permitió un baño espectacular con 5 metros de fondo de agua cristalina y una serie ilimitada de fotografías a una gaviota tonta que prefería las patatas fritas a los peces de su medio natural. Tras la cena y ante el ataque de mosquitos que se nos vino encima, arranchamos el barco y pusimos proa a Valencia, donde llegamos a las 09:00 horas del martes 22 de junio de 2004.

¡Hasta la próxima!.

 

 

 

 

 

 

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España Septiembre 2002

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